La implantación masiva del Internet de las Cosas

La masiva implantación del Internet de las Cosas ha comenzado.

Según los expertos, estamos entrando actualmente en la fase de implantación masiva del Internet de las Cosas. El descenso de los precios de hardware y las redes de quinta generación (5G) están impulsando esas tendencias, pero asimismo la complejidad intrínseca de la implementación tecnológica estimula las alianzas empresariales en ese sentido.

El IoT en general se ha desplazado rápidamente en los últimos años. Los expertos del reciente panorama del IoT, han hecho énfasis en que la parte empresarial del mercado se ha robustecido en los últimos años. Se debe a que esta modalidad tecnológica no es solo una eclosión de gadgets domésticos conectados, como vulgarmente se cree.

Los expertos opinan

Donna Moore, Presidenta de la Alianza LoRa, un grupo de la industria que trabaja para desarrollar y propagar la tecnología WAN (redes de área extensa) de baja potencia para uso masivo, dice no haber visto nunca crecer tan rápido un sector. “Yo diría que ahora estamos en la primera etapa de adoptadores masivos”, afirma.

“La tecnología en sí misma ha impulsado la adopción a estas alturas”, afirma Graham Trickey, jefe de IoT de la GSMA, una organización comercial para operadores de redes móviles. Junto con las caídas de precios de los módulos de conectividad inalámbrica, la matriz de las próximas tecnologías que anidan bajo el paraguas del 5G, podría simplificar el proceso de conexión de dispositivos a hardware de Edge computing. También “fog computing” o “computación en la niebla”, en que los dispositivos se ocupan de su propio procesamiento y almacenamiento de datos. Y a la computación en la nube o al centro de datos.

“Los operadores móviles ya no son sólo proveedores de conectividad, sino que están más más alto en la pirámide”, dijo. Las tecnologías como el IoT de banda estrecha y el soporte para aplicaciones de alta exigencia como la telesalud (asistencia sanitaria remota) se hallan configurados para formar parte de la especificación técnica final del 5G.

Las alianzas necesarias para hacer frente a la complejidad del Internet de las Cosas

Nada de lo dicho implica que todavía no haya grandes tareas por afrontar para las empresas que intentan implementar sus propios marcos de IoT y los generadores de la tecnología que los sustentan. Para ello, la tecnología IoT requiere una gran variedad de diferentes conjuntos de conocimientos especializados. “Eso significa alianzas, porque necesitas un experto en tu área para saber lo que estás buscando, necesitas un experto en comunicaciones, y es posible que necesites un integrador de sistemas”, dice Trickey.

Phil Beecher, Presidente y CEO de la Alianza Wi-SUN (el acrónimo significa redes inteligentes ubicuas, y el grupo está fuertemente centrado en la IoT para el sector de servicios públicos). Coincide con tales afirmaciones, argumentando que para articular amplios ecosistemas de diversas tecnologías se necesitarían diferentes socios. “No hay una tecnología concreta que vaya a resolver todos estos problemas, no importa lo mucho que algunas partes lo impulsen”, sostiene.

Uno de los problemas centrales -la seguridad del IoT– es particularmente apreciado por Beecher, dadas las consecuencias de los exitosos hackeos de la red eléctrica u otros servicios públicos. Es por estas razones por las que ha sido muy elogiada la aprobación del Reglamento General de protección de datos de la UE, pues ofrece directrices concretas para las entidades que desarrollan tecnología de Internet de las Cosas, una consideración crucial para algunas empresas que pueden no tener un gran bagaje de experiencia interna en ese área concreta.

Las redes de quinta generación: trampolín para el IoT

La implantación del Internet de las Cosas se verá además considerablemente facilitada por la masiva implantación del 5G que se prevé para el 2020, por ejemplo, a través del Plan 5G para Europa, mediante el cual la Comisión Europea impulsará la implementación coordinada de estas redes en todo el ámbito de la UE. Es un instrumento que proviene de la Estrategia para el Mercado único Digital, aprobada por la Comisión en mayo de 2015.

Como podemos apreciar, se trata pues de una iniciativa de políticas tecnológicas largamente acariciada y prevista ya desde hace un lustro. Con ello, la UE persigue la plena disponibilidad comercial de las redes 5G para el 2020. Además de la plena cobertura con estas redes de todas las áreas urbanas y de transporte para el 2025.

Las redes 5G se caracterizan por su baja latencia (escaso tiempo de retardo en el envío de paquetes de una red) y su banda ancha. Con máxima hiperconectividad inalámbrica, por lo que lógicamente servirán para conectar masivamente objetos entre sí, no precisando para ello de la intervención humana.

Predicciones sobre el Internet de las Cosas para este año

Según la compañía de analistas Forrester, las aplicaciones B2B (es decir, Business to Business, o negocio a negocio) para Internet de las Cosas despegarán más que notoriamente a lo largo de 2019. Ello quiere decir que el mundo empresarial tomará previsiblemente la vanguardia en la adopción generalizada y masiva de esta modalidad tecnológica.

En cuanto al sector industrial, IndustryARC prevé que el Mercado Industrial IoT alcanzará unos beneficios aproximados de 123.000 millones de dólares para el 2021. Asimismo, se aguarda un crecimiento exponencial de los proyectos de ciudades inteligentes y diversas infraestructuras con IoT para este año de 2019.

El Internet de las Cosas participa en la revolución tecnológica que viene estimulada por las Administraciones Públicas a través de una activa política de subvenciones. Es el momento de que las empresas se integren en esta renovación radical de la forma de actuar. Han de gestionarse, para no quedarse a la zaga en un mercado en permanente metamorfosis y redefinición.

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